(Caracas, 28/11/07). Violencia, radicalismo y odio, protagonizaron la manifestación opositora en el estado Carabobo.
Durante la mañana del pasado lunes 26 de noviembre, el dolor y el luto agobiaron a los habitantes de la comunidad "Nuestra Señora de Coromoto", en el sector Aragüita del municipio Guacara.
El joven José Aníbal Oliveros Yépez, trabajador de Petrocasa, fue asesinado y vejado por grupos fascistas de la oposición, que realizaban protestas violentas en Ciudad Alianza, un sector clase media en Valencia. Con estas guarimbas los opositores buscaban impedir el tránsito de camiones que llevaban material para construir las viviendas en el sector popular Aragüita.
Oliveros se dirigía a su trabajo en la construcción, donde se desempeñaba como armador de estructuras metálicas. Se acercó a los manifestantes para exigir que permitieran el paso del camión con los materiales para las viviendas, cuando fue víctima del ataque con arma de fuego.
Alexander Borges, amigo de la víctima, explicó que desde tempranas horas de la mañana, los opositores atacaban a las personas que pasaban por Ciudad Alianza para ir a trabajar en Aragüita. Ese día se esperaban 40 kits para continuar la construcción, pero "a ellos (los opositores) les molestaba mucho que el transporte de Petrocasa pasara por su avenida".
Indignado, Borges relata que Oliveros Yépez recibió un disparo en la pierna, pero aún se encontraba con vida. Le pidió a los fascistas que le permitieran llevarse al muchacho de 19 años al hospital, pero le dijeron "recoge tu muerto que ahora vamos por ti."
"Le pedíamos a ellos por la vida de una persona que yacía en el piso sangrando, que por favor nos permitieran recogerlo, y nos respondían que ellos ahora vendrían por nosotros. Estábamos cuatro personas con él, tratando de arrastrar al muchacho hasta la comunidad, pero al ver que nos acercábamos nos lanzaban piedras y botellas. Yo tuve la oportunidad de moverlo porque le iban a dar con una botella en la cara y lo arrastré para que no le dieran. Él tenía un tiro en la pierna, un compañero de la comunidad lo traía, pero en el momento en el que lo traía en el hombro, le dan dos tiros en la espalda. Es cuando cae al piso muerto”, lamentó Alexander Borges.
José Aníbal Olivares Yépez, era un joven venezolano con toda la vida por delante que fue asesinado sin contemplación por la oposición radical, quien no se contentó con dispararle, sino que escupió, pateó, golpeó y vejó su cuerpo inerte “como si fuera un animal muerto."
Gladys Yépez, madre de José Aníbal, expresó indignación y rabia ante el asesinato de su único hijo. Exigió justicia y le pidió al Presidente de la República tomar medidas contundentes sobre lo ocurrido.
Además de una madre destrozada, Olivares deja a una esposa embarazada de siete meses, una casa a medio construir en la que estaba trabajando y un futuro aplastado por las garras del fascismo.
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